Memoria de una fotografía familiar: «Jenny ante el espejo».

En memoria de mi padre Michelangelo Volpe (1941-2001), a quien le deba eso de ser una “zorra”.

Jenny es mi madre, y éste es uno de los muchos retratos que le hizo mi padre. Él era conocido como Miguel y, entre otras expresiones creativas, fue un aficionado de la fotografía.

Mi padre encontró en mi madre su modelo y musa. Esta foto fue tomada durante sus años de recién casados, cuando ellos vivían solos. Las “sesiones de fotos” ya no tenían lugar en el exterior público de la ciudad, sino en la esfera íntima del espacio doméstico de su primer y pequeño hogar. Esta vez, Jenny es retratada justo en el instante en que se peina.

Este documento familiar que saco a la luz parece poco complicado, porque parece un simple retrato de mi madre centrado en primer plano. Pero si nos fijamos bien, lo que mi padre fotografía es el reflejo de ella en el espejo y no a mi madre directamente.

Cuando lo doméstico compite con la cultura:

Dentro de la historia del arte son muy conocidas las representaciones de mujeres ante espejos, así como de los juegos visuales a través de este objeto que apelan al espectador; como las Meninas de Velázquez, el Bar en el Folies- Bergère de Manet o la fotografía de Jeff Wall: Picture for Women, de 1979.

 

Las Meninas, Velásquez. 1656.
Un bar aux Folies Bergère, Manet. 1882

De todas las fotos de los álbumes familiares ésta es de mis favoritas porque, más allá de lo guapa que sale mi madre, encuentro un juego de miradas oculto tan efectivo como en las obras artísticas que he mencionado.

Mi madre es observada por mi padre mientras se pone guapa ante el espejo del baño. La mirada del reflejo de sí misma se dirige a ella fuera de éste. No se dirige a la cámara y por tanto, se desvela una «intrusión» de la mirada de mi padre. ¿Seguro?

A primera vista, la foto encajaría perfectamente con la idea que John Berger desarrolla en Ways of seeing, donde apunta que en la construcción de las convenciones culturales los hombres actúan y las mujeres aparecen.

 

Modos de ver (Ways of seeing), John Berger.

 

Según él la presencia de una mujer expresa su propia actitud hacia sí misma, y define lo que se le puede o no puede hacer. En lugar de ejercer un dominio sobre los demás, como en el caso del hombre, la mujer se domina a sí misma, sabiéndose examinante y examinada. De aquí que “los hombres miren a las mujeres, y éstas se miren a sí mismas mientras son contempladas”.

La mujer se convierte involuntariamente en un objeto, y particularmente en un objeto visual, en una visión, tal y como ocurre en aquellas pinturas o fotografías en las que aparece mirando al espectador. Pero creo que en la foto hecha por mi padre no se da este caso. Y os explico porqué.

El trabajo de mi padre encaja con la segunda interpretación de Berger, que dice que existen cuadros en la historia de la pintura donde las mujeres no apelan con la mirada a ser contempladas por los espectadores masculinos, pero sí que su actitud revela una relación íntima con el pintor-observador.

La mujer no interactúa con el espectador y su mirada denota que no está ahí para él, sino para el pintor o fotógrafo. Por consiguiente, el espectador es como un extraño intruso. Esto es precisamente lo que desvela la fotografía de mi padre. Así que su supuesta mirada “intrusa” queda descartada, porque es la nuestra.

Por otro lado, el reflejo en un espejo indica por sí solo una relación dinámica entre espectador, modelo y artista, así como una relación con la realidad espacial, como pasa en Picture for Women (1979) del fotógrafo Jeff Wall.

Picture for women, Jeff Wall.

Esta es una fotografía que genera una confusión de percepción, como pasa en la foto de mi padre, ya que el recurso del espejo transforma la composición espacial y se convierte en una imagen dentro de la imagen.

Además la imagen de una persona “mirando” se convierte en una “toma invertida”, es decir, un personaje que mira hacia el espectador implica la inclusión del espacio externo dentro de la toma. Sin embargo, en la fotografía de mi padre Jenny no mira al espectador, pero la perspectiva permite nuestra colocación dentro.

En la composición de Wall, el juego de miradas describe la dinámica entre la mujer, el artista y la cámara, además del espejo como mediador de esta relación. A pesar de la ilusión de la mirada de la mujer hacia nosotros, sus ojos se dirigen hacia el reflejo de la cámara en el espejo, con lo que el aparente triángulo erótico existe al margen de los espectadores

Esta dinámica es un desafío a la visión “patriarcal”: ya que no se trata de una mirada directa a la imagen de la mujer sino, como vemos, a su reflejo. Entonces el fotógrafo mira indirectamente al sujeto femenino, no a la verdadera mujer en el espacio real. Además, su mirada no es correspondida, pues la mujer devuelve la mirada a la cámara.

Lo que Picture for Women refleja es la pérdida de “transparencia” o “lucidez” de la realidad fotográfica. Es un cuestionamiento sobre el protagonismo de la imágen fotográfica como “espejo del mundo”… Que la imagen de la mujer fotografiada no representa a la mujer en la vida real. 

«Jenny ante el espejo»:

La intención de mi padre no debía ser tan osada pero creo que su resultado es bastante talentoso. La composición fotográfica muestra que lo que vemos no es la imagen real ni de mi madre ni del cuarto de baño, sino su reflejo en el espejo.

Jenny ante el espejo

Esta fotografía doméstica que os muestro demuestra que la mirada femenina no se dirige más que a ella misma, aunque podríamos identificar una relativa reciprocidad hacia el fotógrafo en su actitud, por el vínculo erótico entre los protagonistas: mis padres.

El espacio del baño pone de manifiesto la gran intimidad y cotidianidad de la imagen. Junto con la posición del fotógrafo, que no se ve pero que igualmente forma parte de la fotografía, y la complicidad de la modelo, esta imagen deja ver que quien irrumpe violentamente no es el fotógrafo, sino el observador de la foto.

Aunque nos percatemos de ese juego entre ellos, nosotros estamos completamente excluidos. Aquí la magia de este pedacito de papel revelado… 

La fotografía se quedó blindada. No deja que la penetremos de ninguna manera y no nos queda más remedio que fisgonear. Jenny ante el espejo es la materialización de la memoria privada mediante la delicada e inadvertida maniobra del enfoque visual del fotógrafo, mi padre.

Ese recuerdo íntimo y secreto, que sólo mi madre sabe y el cual mi padre seguro conservó hasta el final, quedó bien guardado bajo doble llave: en un papel fotográfico y en una imagen reflejada en un espejo. 

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